A veces se llega un punto en el cuál nos vemos obligados a pensar cosas, las cuales cambian nuestra percepción de la vida y la muerte. Algunas veces pensamos ¿cuál será la forma menos dolorosa de morir? todos alguna vez lo hemos pensado. Cosas de ese estilo para quizás luego concretar alguna estupidez como envenenarse con pastillas o tomar algún químico tóxico casero, olvidando lo doloroso que podría ser una muerte así para luego quedar hospitalizados con la más dolorosa cuenta de hospital, y quedando con un patético “pobrecito” de la gente.
Bueno, la verdad es que la vida no es una gran cosa (no pensando bioquímicamente claro, ya que la vida es una maravilla física y química) ya que la gran parte de la existencia de un ser vivo es dolor, hambre, pena y sufrimiento.
Mucha gente opta morir y no seguir luchando a pesar de que al luchar y alcanzar los objetivos peleando es mucho más satisfactorio que si se da todo fácil, quizás la gente ya no siente que las cosas sean motivo como para seguir viviendo.
La televisión y los medios de comunicación nos inflan la cabeza con que subió el dólar, bajó el cobre, subió el pan, un fulano mató a palos a otro, el político aquel se robó tanto, etc. Todas esas cosas crean en la gente desconcierto y pesadez mental que desencadena un sentimiento de que la vida es realmente una mierda, más encima nos bombardean con estilos de vida que jamás podremos alcanzar, cuerpos esculturales que al ver la gordita que cambia la televisión comiendo papas fritas y tomando coca-cola crean falsas ilusiones que al final desembocan deseos enfermizos de alcanzar objetivos imposibles, y si no fuera suficiente esta esa maldita fascinación de la gente por el proceso de no pensar llamado religión, esta enfermante forma de ver la vida creada a partir de la ignorancia inicial de un ser vivo que empezó a cuestionarse el mundo que lo rodeaba, esta religión creada por obligaciones morales que ni siquiera los patriarcas de sus mentiras están dispuestos a cumplir.
Todas estas cosas quizás influyen en la mente de una persona, persona que quizás desea que estar mas con su amado dios que vivir y disfrutar la fugacidad de la existencia.
A.
Bueno, la verdad es que la vida no es una gran cosa (no pensando bioquímicamente claro, ya que la vida es una maravilla física y química) ya que la gran parte de la existencia de un ser vivo es dolor, hambre, pena y sufrimiento.
Mucha gente opta morir y no seguir luchando a pesar de que al luchar y alcanzar los objetivos peleando es mucho más satisfactorio que si se da todo fácil, quizás la gente ya no siente que las cosas sean motivo como para seguir viviendo.
La televisión y los medios de comunicación nos inflan la cabeza con que subió el dólar, bajó el cobre, subió el pan, un fulano mató a palos a otro, el político aquel se robó tanto, etc. Todas esas cosas crean en la gente desconcierto y pesadez mental que desencadena un sentimiento de que la vida es realmente una mierda, más encima nos bombardean con estilos de vida que jamás podremos alcanzar, cuerpos esculturales que al ver la gordita que cambia la televisión comiendo papas fritas y tomando coca-cola crean falsas ilusiones que al final desembocan deseos enfermizos de alcanzar objetivos imposibles, y si no fuera suficiente esta esa maldita fascinación de la gente por el proceso de no pensar llamado religión, esta enfermante forma de ver la vida creada a partir de la ignorancia inicial de un ser vivo que empezó a cuestionarse el mundo que lo rodeaba, esta religión creada por obligaciones morales que ni siquiera los patriarcas de sus mentiras están dispuestos a cumplir.
Todas estas cosas quizás influyen en la mente de una persona, persona que quizás desea que estar mas con su amado dios que vivir y disfrutar la fugacidad de la existencia.
A.
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